martes, 5 de julio de 2011

Inquietudes.....

Así se encuentra ahora mismo mi cuerpo, inquieto, tanto física, como espiritualmente.

Físicamente, me pide moverme, no estarme quieto, da lo mismo correr, bicicleta, escalar, y le haré caso, lo más seguro que salga con la bici, y a la que vuelva me pienso si vuelvo a apuntarme al roko.

Espiritualmente, más bien psíquicamente, estoy intentando analizar el comportamiento de mi cuerpo ante las emociones que siente, y cada vez estoy más confundido.

Estoy ante una especie de montaña rusa, unas veces estoy arriba y otras abajo, intento ordenar ideas, analizar situaciones, conversaciones, y termino liándome más.

Ella me gustó desde el primer momento que la vi, y ese finde me demostró que mis primeras impresiones eran correctas.

Continuamos coincidiendo y me seguí enganchando, pasó el tiempo, y me terminó comentando que nuestro camino no era común, así que decidí cambiar de aires para olvidar.

Conocí chicas diversas, rubias, morenas, alguna pelirroja, más altas, no tanto, y después de un tiempo, terminé entendiendo lo que quería, y lo que no, y no quería a alguien que no me comprendiera, que no sintiera lo que yo siento, que no disfrutáramos juntos de una taza de té viendo un atardecer o un amanecer, que si no estaba a mi lado cuando le contara lo viviera conmigo.

Y decidí quitarme una venda que me había auto impuesto y ser sincero conmigo mismo, esa persona que tanto anhelaba, la conocía, sabía quien era, y donde estaba.

Hace más de un año que hemos estado compartido noches bajo una cúpula de estrellas, nuestros sacos un suelo ora plagado de piedras y otras de un manto rabiosamente verde, los cuerpos han pasado frío y calor, y nuestros ojos han disfrutado de vistas, de esas que se hacen inmensas al llegar a una cumbre y te pide a partes iguales gritar y llorar de alegría por disfrutar de algo que pocos comprenderían, que estés horas de esfuerzo para disfrutar de cinco minutos de cumbre, rodeado de amigos, con los que lo has pasado bien y mal, has reido y has maldecido en el recorrido hacia ese destino común, para fundirnos en una abrazo y convertirnos en hermanos.

Hermanos, ese es el miedo que tengo, porque quiero que sea algo más, que sea mi compañera de viaje, cosa a la que ella se negó hace un tiempo, y me da pavor, que al mostrarle mis sentimientos deje de ser también mi hermana, y no volvamos a disfrutar de algo que nos hace sentir vivos.

Me voy, a coger la bici, a dar pedales, tantos y tan deprisa, que mi cerebro solo se pueda concentrar en respirar, en recoger ese oxígeno tan preciado en nuestras vidas,  para dejar atrás pensamientos aunque sea solo por un tiempo, ya que estos volverán a mi, para recordarme, que lo que quiero está a mi lado, y no deseo que deje de estarlo.

¿Y ahora, qué?, pues que esta vida es como subir una montaña, o escalar una vía, te has fijado o has visto una meta, y si quieres llegar a ella, tienes que arriesgar y asumir tanto la caída, como la cumbre,  decidir que movimientos vas a realizar, y ejecutarlos, y en ello ando, con mi cabeza diciendo una cosa, y mis pensamientos otra.....

No hay comentarios:

Publicar un comentario